Hoy voy a hablaros de una película que me han recomendado muchísimas veces y que no había decidido ver hasta este último fin de semana mientras vagaba por el interfaz de Netflix como alma en pena, buscando algo que no hubiese visto ya. Supongo que a estas alturas muchos habréis visto ya Split y llegaré tarde al debate, pero no quiero dejar pasar mi oportunidad.
La trama de Split
Split, “Fragmentado” en su traducción al español, es un filme de terror psicológico dirigido por M. Night Shyamalan en el que su protagonista, Kevin (James McAvoy), tiene Trastorno de Identidad Disociativo (TID), anteriormente conocido como desorden de personalidad múltiple (DPM), con 23 identidades completamente diferenciadas.
Dos identidades ‘conflictivas’ secuestran a tres adolescentes y las preparan para que sean el alimento de “La Bestia”, la número 24, que vendría a completar y perfeccionar a las restantes.
La historia se complica porque su psicóloga no cree que exista el trastorno como tal, sino que realmente coexisten varias identidades en él, que incluso podrían llegar a cambiar físicamente el cuerpo que las aloja.
La polémica de Split
El trabajo destacable de James McAvoy intenta contrarrestar la mediocridad de la puesta en escena y los pegotes añadidos a la trama, como el abuso sexual sufrido por una de las víctimas del secuestro, pero la película es una completa estafa que se ha hecho famosa por la polémica que ha llevado aparejada más que por sus propios méritos.

Casey Cooke es la única adolescente de las tres secuestradas que tiene algo de personalidad, pero le añaden un pasado que no aporta mucho a la trama.
Y es que en 2018 la organización Kairos Collaborative lanzó una campaña en Change.org en la que pedían a Netflix que retirase Split de su plataforma por representar “de manera inexacta el trastorno, exagerando su rareza, insinuando que los afectados son capaces de una metamorfosis física completa y, lo más importante, resaltando el falso estigma creado en Hollywood, introducido por películas como Psicosis, de que las personas con TID tienen más probabilidades de ser violentas, o de alguna manera infligir daño a otros”.
Nada nuevo bajo este sol de lo políticamente correcto donde no caben la libertad creativa ni la ficción.
No sabía yo que Psicosis estuviese demonizada, pero sospecho que no quedará un solo clásico del cine que pueda pasar la prueba del algodón de este revisionismo actual. Yo seguiré conservando el DVD, bajo llave si hace falta. No así la estafa de Split.
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