El último gran éxito seriéfilo del año, Years and Years, parte del Brexit para ponernos en una incómoda y pesimista (¿tal vez sería más correcto decir “realista”?) prospección política en la que la crisis financiera y económica y los movimientos migratorios ocasionados por las guerras y el cambio climático actúan de manera directa sobre el presente cotidiano, encarnado en la familia Lyons.
Brexit como punto de partida
Una de las cosas que más impresiona y que a mí particularmente más interesante me ha parecido de esta coproducción entre dos gigantes como BBC y HBO es la visión panorámica que nos ofrece sobre los miedos y consecuencias que pueda traer el Brexit, cuya campaña lideró en 2016 el ahora primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.
El Brexit, según narran en Years and Years, dejaría a Reino Unido en un limbo entre las grandes potencias como Estados Unidos y Rusia, y afectaría directamente a la economía con la pérdida de confianza de los bancos, lo que supondría un corralito y la estafa y pérdida de los ahorros para miles de ciudadanos (los que todavía tengan la suerte de tenerlos en una realidad cotidiana cada vez más empobrecida).
Por otra parte, el Brexit en Gran Bretaña, igual que la crisis financiera en Estados Unidos o en España, han supuesto un cambio en la manera de hacer política. Se ha perdido la formalidad y estamos contemplando el nacimiento de políticos ‘clown’ que cada día dicen una cosa distinta, que aparentan carecer de un programa e ideas sólidas y que solo buscan la notoriedad, salir en la prensa, aunque sea como el hazmerreír del momento.
Corrupción política y moral
Esta cuestión es uno de los puntos fuertes de Years and Years, que refleja en la figura de la empresaria bufón Vivienne Rook la decadencia y la corrupción política y moral de nuestros días (que levante la mano quien no ha pensado en al menos dos o tres personajes políticos populistas estadounidenses y españoles que se asemejen peligrosamente a este personaje).
Rook, magistralmente interpretada por Emma Thompson (probablemente la mejor actriz de toda la serie, que en esto sí que flaquea un poco), llega al poder prometiendo imposibles y absurdos como juzgar a los CEOs de Google, Facebook y grandes redes sociales, y esconde sus verdaderas intenciones xenófobas y aporófobas.
Vivianne Rook probablemente es el personaje mejor planteado de toda la serie, pues a través de sus intervenciones y ocurrencias podemos ver cómo funciona la ventana de Overton y cómo poco a poco se van colando en el rango de lo aceptable ideas políticas extremistas inaceptables.
Algunos de los miembros de la familia Lyons, diversos en ideologías, identidades y orientaciones sexuales sucumben ante las promesas vacías pero divertidas de Rook y la apoyan formalmente en actos públicos y en sus votaciones, hasta que se dan cuenta de que han alzado a un auténtico monstruo.
El Brexit como punto de llegada
La verosimilitud de Years and Years radica en usar el Brexit y sus posibles consecuencias, así como la crisis financiera y el cambio climático dentro de los ejes que articulan el espacio – tiempo en la trama.
Podemos creernos que dentro de 15 años haya tales inundaciones que media parte de la población en Gran Bretaña sea refugiada en su propio país. Podemos creernos, entre otras cosas porque ya lo hemos visto, que una familia pierda los ahorros de toda la vida por la bancarrota de un banco.
Podemos creernos, también porque lo estamos viendo, que muchos trabajadores tengan que compaginar varios empleos precarios para apenas llegar a pagar un alquiler en piso compartido en la ciudad.
Podemos creernos, ya que está sucediendo en nuestras mismas fronteras, que haya miles de refugiados e inmigrantes ilegales a los que se condene a la muerte por abandono y desatención.
Igual que podemos creernos, porque pasa en muchos países, que una persona homosexual sea perseguida hasta el punto de tener que abandonar su casa y emprender un viaje a la miseria de ser refugiado en otro país que no te mata por tu orientación sexual, pero te deja morir por no haber nacido en él.
Years and Years explora todos los escenarios posibles que se están planteando en nuestros días, incluido un ataque nuclear silenciado por las autoridades hasta el punto de que la gente llegue a olvidar que ocurrió, y eso es lo que la hace terrorífica, difícil de ver antes de irse a dormir si lo que se pretende es conciliar el sueño.
Otra serie con final estafa
Pero, como sucede en otras series británicas y europeas en general (en esto todavía no les ha afectado el Brexit a las producciones audiovisuales, ja, ja, ja), todo ese planteamiento futurista verosímil y bien desarrollado se destroza con una salida de tono y un final que rompe la verosimilitud y la coherencia de la serie.
Y es que, en el último episodio, vemos cómo todo parece ser la narración de Edith, la hija mayor de los Lyons y activista ecologista, mientras está descargando su conciencia en la red para seguir viviendo como transhumana.
Y no es el transhumanismo lo que rompe la coherencia, pues es un tema central a través de una de sus sobrinas, que se implanta nodos para convertirse en una persona robot, sino cómo se resuelven todos los conflictos planteados.
Optan por el efectismo y el optimismo, como si años de corrupción y represión pudieran solucionarse saltándose una valla con un camión, y se rompe la atmósfera de distopía con una esperanza impostada.
Es una lástima ver que Years and Years cae en el mismo disparate que antecesoras suyas, también distopías futurísticas y políticas como Utopia u Orphan Black, aunque hay que señalar que el viaje hasta el último episodio es bastante recomendable y que los debates que provoca son lo suficientemente interesantes como para no dejar de verla.
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