Seleccionar página

Vaya por delante que pienso que productores y trabajadores audiovisuales tienen derecho a cobrar muy dignamente por su trabajo (dedicándome a ello, además, no verlo así sería tirar piedras sobre mi tejado), pero entre eso y el lucro desmesurado de los creadores y productores de The Walking Dead hay un largo trecho.

¿Por qué digo esto ahora? Porque acaban de anunciar la fecha de estreno de la próxima temporada, que será el 6 de octubre, así como una trilogía de películas protagonizada por Andrew Lincoln en la que se contará qué le pasó tras el inverosímil rescate en helicóptero que vivió en la novena temporada. Y, por si fuera poco, otro spin-off que emitirá su piloto el próximo año y se centrará en la siguiente generación de supervivientes de ese “universo multigeneracional”, como lo denominan desde AMC.

The Walking Dead, lucro y estafa

Si ya era difícilmente creíble el rescate en el helicóptero, ¿qué nos puede deparar una película sobre el tema?

Lucro a costa de bajar la calidad

Sería más benevolente con toda esta franquicia (qué tristeza hablar de franquicias en un ámbito como es la cultura) si todavía mantuviesen un mínimo de calidad, pero lo que están haciendo, sencillamente, es obtener lucro sin dar mucho a cambio.

Porque hace varias temporadas que The Walking Dead se convirtió en una estafa masiva en cuanto a guion y calidad de rodaje (lo he tratado aquí en varias ocasiones), y otras creaciones como Fear The Walking Dead han sido pésimas desde sus comienzos.

Los creadores y productores de The Walking Dead parecen pensar que no tienen un público muy inteligente y por eso no ponen ningún empeño en las tramas ni en el desarrollo de los personajes, y mucho en merchandising (muñecos, camisetas, tazas…) y licencias para videojuegos y aplicaciones de móvil.

El universo de The Walking Dead al final es un parque de atracciones de cartón piedra en el que el gusto por la narrativa es inexistente.

Si a esto le añadimos polémicas como que una actriz (Lauren Dohan, Maggie) cobre menos que un actor con su misma o, incluso, menor relevancia en la serie (Norman Reedus, Daryl) nos encontramos ante un producto de marketing que únicamente busca el lucro por el lucro y que no se sustenta ni en la calidad ni en la ética. Me reitero, una estafa en toda regla.

Share This

Share This

Share this post with your friends!