Con la serie This is us (NBC) he ido viviendo una relación de montaña rusa. Desde la intriga del comienzo a la sensación de estafa al narrar la muerte del ya famoso Jack Pearson hasta la costumbre tan placentera y casera como ir a comer a casa de mis padres y sentarme con ellos a ver la tele en el sofá. La serie se enfrenta ahora a muchos retos en su recta final.
Y es que This is us es una serie atípica. No trata sobre corrupción, drogas, guerra, sexo, sino sobre una familia que se quiere y, aunque tiene sus más y sus menos, son conflictos como los que podemos mantener con nuestros hermanos y hermanas, situaciones que se pueden dar en cualquiera de nuestras familias.
En ese sentido, es justo y necesario reivindicar la sencillez y la placidez, incluso los dichosos acordes de guitarra que no paran de sonar y que nos recuerdan que no estamos ante The Shield o Succession, en las que los villanos campan a sus anchas, sino viendo a la agradable familia Pearson.
En su recta final, This is us se enfrenta a diversos retos. Por un lado, cerrar las tramas que son la vida futura de todos sus personajes hasta ese momento que se pronostica como final, que es el fallecimiento de Rebecca Pearson en su lecho de muerte, rodeada por todos sus familiares (incluidos los nuevos que se van a ir incorporando con el transcurrir de los años).
Estas líneas de tiempo también conllevan grandes retos para sus actores, sobre todo para la propia Becca, que en seis temporadas ha sido una jovencita soltera, una embarazada y madre primeriza de trillizos, una viuda joven, una abuela madura y amorosa y, ahora, una mujer que encara su vejez con un diagnóstico de Alzheimer.
La serie a la vez tiene que seguir luchando por la atención de unos espectadores que, sin haber salido todavía de la pandemia, tenemos ya una guerra a todo color en nuestras pantallas y un ritmo frenético incompatible con los tiempos y el modo reflexivo que tienen los últimos episodios de This is us emitidos hasta la fecha.
Quizá, además, en una serie que ha querido incorporar la actualidad siempre a la trama, el escenario bélico termine frustrando su final, quedando tan inverosímil como lo fue el principio porque, ¿qué padres de trillizos acogen a un niño recién abandonado para suplir el fallecimiento de uno de sus bebés?
Ahora que emiten un episodio cada dos semanas, ¿se quedarán atrás sus tramas con respecto a los saltos que demos en la vida real? Esperemos que no y que podamos dedicar al divorcio de Kate la atención que se merece porque, me atrevo a pronosticar sin mucho miedo a equivocarme, seguro que nos conmueven con una honestidad y un cariño que son más necesarios que nunca en este mundo.
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