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En la segunda temporada de la exitosa serie de HBO The White Lotus, ambientada en Sicilia, se nos presenta un nuevo abanico de personajes ricos con un elevado nivel de corrupción moral.

La corrupción moral se define como el acto de tomar una decisión o acción que va en contra de los principios morales o éticos de una persona. Esto puede ser desde manipular situaciones a su favor, hasta mentir y engañar a los demás para obtener ventajas personales.

En este caso, el personaje de Cameron, debido a la naturaleza de su riqueza y el poder que le da sobre el resto de la gente, arrastra a su mujer, Daphne, y a la pareja de amigos a la que han invitado a pasar con ellos las vacaciones, Ethan y Harper, a su cúmulo de mentiras.

En Cameron confluye, además del infiel y mentiroso compulsivo, el tipo de emprendedor financiero que vive de realizar estafas, como Bernie Madoff, como confiesa Daphne entre vinos a Harper.

Asimismo, Greg Hunt, marido tras la primera temporada de la surrealista Tanya McQuoid, se descubre como miembro de una trama dedicada a estafar a mujeres mayores con elevado poder adquisitivo.

Tanya, personaje que hila las dos temporadas y que el público ha podido ver en toda su miseria y ruindad, termina resurgiendo de sus cenizas y elevándose moralmente por encima de Greg y la mafia con la que trabaja. ¡Y vaya escena final!

La familia Di Grasso, por su parte, añade a la corrupción moral un alto grado de machismo. Aunque Dominic continúa teniendo relaciones sexuales con otras mujeres al comienzo del viaje, se arrepiente de haber arruinado su matrimonio y trata de ser mejor, pero busca volver con su esposa sobornando a su hijo, Albie, que parecía el más recto de todos, pero que a su vez cae víctima del engaño de una prostituta local.

En definitiva, ninguno de los caracteres poderosos de la serie es visto de una forma humana o exenta de corrupción moral, algo que contrasta con la visión mucho más alegre de los trabajadores del hotel y aquellos que, acompañando a los personajes principales, tienen salvación moral, como Portia o Jack.

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