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Hoy traigo ganas de polémica, y es que Stranger Things, pese a todas las buenas críticas que había leído, me ha parecido una copia del cine de aventuras de los 80 que ni siquiera puede llegar a considerarse sci-fi, aunque coquetee con el género.

Y sí, algunos diréis que de eso se trata, de un homenaje a este tipo de producciones, pero en 2016, con tantas series excelentes y tantos cambios en la narrativa y en el desarrollo de personajes, uno se podría esperar, como mínimo, un replanteamiento, una aportación original, al más puro estilo Tarantino, y no una fotocopia.

La planicie de personajes de Stranger Things

En otros posts en los que he hecho spoilers he avisado antes, pero en esta serie, como ocurren cosas que ya hemos visto miles de veces en cualquiera de las reposiciones de las películas ochenteras que ponen cada poco en la televisión, me abstengo de avisar. La serie en sí misma es tan predecible que no lo merece.

Como hay que empezar por algo, voy a hacerlo por lo que considero más importante cuando me enfrento a una serie: los personajes.

Si bien es cierto que es difícil encontrar obrar maestras del desarrollo de personajes, aunque las hay, y cada vez más, en 2016, como he dicho, sería recomendable encontrarse con series en las que se haya superado la dicotomía malo-bueno y se haya optado por mostrar las distintas facetas de cada persona, independientemente de que de sus actos puedan derivar consecuencias positivas o negativas.

Si algo tenían los 80 que no me gustaba era eso, cero profundidad de los protagonistas y una representación de los “malos” de manera arquetípica como unos seres malignos en sí y un tanto tontos. Las series de la nueva hornada tienen algo genial, y es que narran con realismo las vicisitudes personales y cómo alguien, incluso aunque haya cometido alguna atrocidad, no es malo el 100% del tiempo.

El grupo de niños ‘nerd’. La niña extraterrestre. La hermana estudiosa y el chaval gamberrillo que quiere meterle mano. El padre indolente. Las madres agobiadas porque nadie les hace caso. El policía que al principio pasa de la madre del niño perdido y luego se da cuenta de que “hay algo”. Los científicos malos malosos. Esto es Stranger Things.

Winona Ryder, sobreactuando en Stranger Things

Tengo que añadir que Winona Ryder sobreactúa bastante y hace que el papel plano que le han dado sea todavía más inverosímil.

Un guión que ya te sabes

El otro aspecto que quería abordar (tampoco hay mucho más que decir, pues en cuanto a efectos especiales no han superado a E.T.) es el guion, predecible, con una historia bastante sencilla que para niños de diez años puede resultar especialmente entretenida, pero para los que ya peinamos canas… pues no.

Y es que la historia es exactamente la misma que la de muchas películas de los 80, con sus mismos ingredientes y el mismo tratamiento. ¿Sorpresas? Ninguna, a menos que tengas diez años o que no hayas visto nunca una película como Stand by me, Exploradores, Encuentros en la Tercera Fase o Los Goonies.

Puestos a copiar el cine de aventuras infantil de los 80 podrían haberse puesto con La Historia Interminable, o El Laberinto, pero han elegido el más comercial y el más sencillo, y lo que para mí es imperdonable, no han añadido ningún elemento original en la ecuación, un solo ingrediente diferenciador que le diese sentido.

Podrían haber cortado y pegado sin más escenas de esas películas antes mencionadas y el resultado sería el mismo. Una pena.

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