Un año más los Premios Emmy nos sorprenden, para mal, olvidándose grandísimas producciones y excelentísimos actores y actrices que merecerían, si no llevarse una estatuilla, al menos estar nominados para ella.
Si en 2016 lamentábamos la ausencia de The Knick, Transparent y Orange is the new black, en 2017 lloramos que no se encuentren algunas de las series que más han aportado en los últimos meses.
El destierro que más duele
De entre todas las omisiones que ha habido en las nominaciones a los Emmy la que más se están extrañando es la de The Leftovers, absoluta genialidad televisiva imposible de catalogar ni etiquetar en ningún género específico y que ha dejado el listón muy alto para producciones venideras.
Como admirador, qué digo admirador, fanático de la serie, me siento insultado ante la negación de lo evidente y solo puedo pensar que el jurado de estos Premios Emmy o no tiene ni idea (sí, para soberbio, yo) o está influido por luchas intestinas entre productoras (semejante atrocidad despierta mi lado más ‘conspiranoico’).
Grandes que se quedan sin Emmy
Otra grandísima ausencia es la de The Young Pope, una serie en la que la estética está cuidada de manera tan detallista que muchas de las escenas parecen coreografías, bailes de cardenales, monjas y laicos en torno a uno de los personajes mejor construidos e interpretados como es el del Papa Lenny Belardo.
Magnífico Jude Law y digno de un Emmy y mucho más, y magnífico Paolo Sorrentino atreviéndose con una sátira sobre una de las figuras más controvertidas y menos criticadas y exploradas cinematográficamente de todos los tiempos, el Papa.
Similar estupefacción causa que no esté presente Ed Harris por Westworld que, sin embargo, sí ha obtenido sus nominaciones (Anthony Hopkins y Jeffrey Wright). Ed Harris ha sido uno de los pilares de la calidad de esta maravilla scifi a la que algún día dedicaré un post y se merecía un premio, o una nominación, igual que su compañero de reparto en Enemigo a las puertas, Jude Law, como he dicho más arriba.
Este año también tengo que lamentar que Transparent no pueda competir por el premio a la mejor comedia y lo mismo me ocurre con The Good Fight, aunque hay quien no la etiquetaría dentro de este género.
Igualmente me sorprende que no se haya mencionado American Gods y la magnífica interpretación de Ian McShane, al que siempre recordaré con cariño y devoción por su papel en Deadwood.
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