Tan solo cuatro episodios después del estreno de esta serie de FX y BBC, me atrevo a escribir que Taboo va a ser una de las mejores apuestas televisivas del año. Una serie ambientada en principios del siglo XIX con el trasfondo de la guerra anglo-estadounidense de 1812 en la que se entremezcla el misterio, la fantasía, la brujería y la corrupción de la gestión de las Colonias por parte tanto de la monarquía británica como de la Compañía de las Indias.
La parte histórica de Taboo
La guerra anglo-estadounidense de 1812 enfrentó al Reino Unido y sus colonias canadienses con Estados Unidos por el control de los territorios canadienses pertenecientes al imperio británico. En ese contexto, el territorio de Nutka (Nootka en inglés) se convirtió en una de las principales zonas del conflicto, pues a través del mismo se podía acceder a las islas de Nukta, Quadra y Vancouvr, así como a la totalidad del actual Lower Mainland, en Columbia Británica y a parte de los estados de Washington, Oregón, Idaho y Montana.
Todos estos hechos históricos son trascendentales para el desarrollo de Taboo, pues James Delany, su protagonista indiscutible, acaba de heredar ese territorio, que toma nombre de la tribu que lo habita y al que pertenece su madre, una indígena comprada por su padre en una de sus expediciones coloniales mercantiles.
Vista de casas en el Territorio de Nutka. Viajes del Capitán Cook, 1790.
Como el Estrecho de Nutka es crucial para saber quién va a ganar la guerra, Delany se convierte en el blanco de las conspiraciones y corrupciones de la monarquía británica, el gobierno de Estados Unidos y la Compañía de Indias, que ha adquirido tal poder que asusta a los Estados, todavía no acostumbrados (¿o deberíamos decir subyugados?) al influjo de empresas privadas de mayor tamaño y poder que ellos.
Pero Delany no solo no se amedrenta ante los continuos intentos de soborno e, incluso, asesinato. Él ha vuelto tras unos largos años en África para enfrentarse a todas las cúpulas corruptas que hagan falta. ¿Por qué? Todavía no lo sabemos.
Brujería y fantasía en Taboo
Uno de los mejores ingredientes de Taboo, que además está bastante bien hilado en la serie es la fantasía en forma de brujería, misterio, poderes y seres sobrenaturales que parecen venir de la tribu de su madre.
James Delany parece saber más que el resto de los habitantes de Londres. Puede comunicarse a través de cenizas con seres del más allá e, incluso, hacer ‘visitas’ a otras personas, como el encuentro sexual tumultuoso que tiene con su hermanastra en el cuarto episodio.
Sí, habéis leído bien, con su hermanastra, hermana por parte de padre con la que mantenía una relación amorosa antes de abandonar Londres y comenzar sus andaduras, muchos dicen que demoniacas y caníbales, en África.
El papel de Zilpha, interpretado por Oona Chaplin, a la que hemos visto en Juego de Tronos, Dates, Black Mirror y otras tantas series de moda, es clave para James Delany, pues parece ser la única persona sobre la faz de la tierra por la que tiene verdaderos sentimientos de amor, lo que no impide, como él mismo afirma, que esté condenada por estar cerca de él.
Tom Hardy
Aunque he visto multitud de series y películas en las que aparece Tom Hardy, he de confesar que nunca me había parecido especialmente reseñable (salvo en Peaky Blinders, en la que borda su papel del mafioso judío Alfie Solomons) hasta ahora.
La brillantez de su interpretación unida al gran papel que se le ha asignado, con un personaje tan complejo e inteligente, me recuerda a la actuación de Matthew McConaughey como Rust Cohle en True Detective y cómo nos dejó de sorprendidos a todos (si bien es cierto que Tom Hardy hasta el momento ha actuado en producciones de muchísima más calidad que las de McConaughey antes de True Detective).
Nos encontramos ante un personaje oscuro y despiadado, aunque muchísimo más honesto que los corruptos y avariciosos que tiene alrededor, que tiene un plan maestro para conseguir algo que todavía no vislumbramos, pero en lo que sí podemos afirmar que está implicada su hermanastra y amor.
La ficción está servida y viene muy bien condimentada como para convertirse en una de las grandes series de esta temporada (y esperemos que de otras).
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