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Quien viva o viaje a Sevilla en los próximos días no puede dejar de visitar la exposición España Años 50. Carlos Saura, que se exhibe en la sede de la Fundación Cajasol hasta el próximo 2 de septiembre.

La mirada de Carlos Saura

La muestra sobre la España de los 50 es el resultado de la mirada de Carlos Saura sobre una España marcada por la pobreza, la falta de infraestructuras y la represión, pero a la vez de gentes abiertas, amables, sencillas y trabajadoras.

La exposición, comisariada por Olivia María Rubio, se compone de 92 imágenes tomadas por el cineasta durante sus viajes por todo el país.

Como él mismo afirma, “en los 50 éramos pocos los que sentíamos una curiosidad fotográfica por un país que gobernaba con mano férrea el general Franco con la colaboración de una iglesia inquisitorial y una policía brutal que controlaba la moralidad e inmoralidad de las costumbres”.

Muestra fotográfica de Carlos Saura en la Fundación Cajasol.

La exposición está dividida en ocho áreas que recorren lugares como Andalucía, Cuenca, Castilla, Madrid, donde fue detenido por fotografiar una estación de tren al considerarse objetivo militar, o Sanabria, lugar del que le impresionó la miseria.

El secreto de Carlos Saura

Muchos desconocíamos esta faceta del ganador por sus películas en Cannes, San Sebastián o Nueva York, pero sorprende ver la calidad y la calidez de las imágenes de este director de cine que ahora se atreve a mostrarnos su trabajo fotográfico, también contenido en un libro que publicó hace tres años con el mismo nombre.

Más de 90 imágenes sobre una España marcada por la represión, pero con unas gentes sencillas, amables y trabajadoras. Fundación Cajasol.

No olvidemos que, cuando Carlos Saura decidió retratar la España de los años 50 con su Leica y el coche de su padre, tenía 20 años y nos encontrábamos en un periodo de incipiente apertura internacional en el que otros fotógrafos internacionales también venían a dejar constancia de su visión de este país.

Él mismo fue reportero gráfico de los festivales de música de Granada y Santander, e incluso tuvo una oferta para un puesto de fotógrafo en la revista Paris-Match, que declinó porque se consideraba “un aficionado”, aunque sus imágenes están a la altura de grandes como Cartier Bresson.

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