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La influencia del surrealismo de Les vampires de Feuillade (década de 1910) en Une semaine de bonté (Una semana de bondad, 1934) de Max Ernst o, en sentido inverso, la de Salvador Dalí en Hitchcock, que llegó invitarlo a colaborar en su película Spellbound (Recuerda, 1945) son algunos de los muchos ejemplos que se pueden ver en la exposición Arte y cine, 120 años de intercambios, que se puede ver estos días en CaixaForum Madrid.

Mucho arte y mucho cine

La colaboración entre La Cinémathèque française y la Obra Social la Caixa ha dado como fruto una de las mejores muestras de arte y cine de los últimos años, una maravilla para amantes del arte en general (¿qué es el cine si no eso?).

Tomando como punto de partida los fondos de La Cinémathèque française y el patrimonio de la Colección la Caixa de Arte Contemporáneo, la exposición cuenta con piezas excepcionales de otras colecciones, galerías y museos como el Musée d’Orsay, el Centre Georges Pompidou, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza, el MACBA y la Fundación Gala-Salvador Dalí.

Arte y cine, 120 años de intercambios cuenta con 255 carteles, pinturas, dibujos, grabados y fotografías en la parte más artística, y con 66 films, videoproyecciones y videoinstalaciones en la cinematográfica. Asimismo, también hay objetos como programas, vestidos, libros de artista, etc.

Más de cien representantes del arte y del cine protagonizan este proyecto, que propone un diálogo entre artistas de las vanguardias históricas y cineastas dividido en nueve ámbitos desde el siglo XIX hasta el XXI.

Los objetivos de la muestra

La exposición tiene como objetivos mostrar el beneficio estético que todas las artes obtuvieron del cine, especialmente como impulsor de las vanguardias, así como señalar que sigue estructurando narrativa y estéticamente tanto el videoarte como las instalaciones que utilizan imagen en movimiento.

Viendo la muestra también podemos comprobar cómo la tecnología digital, lejos de ser una amenaza para el cine, han ampliado su radio de acción y su capacidad para inventar nuevas formas narrativas (por ejemplo, el 3D).

Un paseo cronológico por lo mejor del cine y el arte

Como he dicho más arriba, la exposición se estructura de manera cronológica. Así, comenzamos con diorama de principios del siglo XIX, pionero en representar la experiencia del paso del tiempo y, dentro del mismo siglo, podemos observar las creaciones del ingeniero y fisiólogo Étienne-Jules Marey o la descomposición en imágenes de Eadweard Muybridge.

Ya en 1900 entramos, cómo no, en las primeras películas de los hermanos Lumière y su relación con los pintores impresionistas, especialmente con Claude Monet o Louis Carrand, precursor de los mismos.

Llegadas las grandes guerras del siglo XX, el cine encontró su vocación informativa y comenzó a representar lo que sucedía en el mundo. Y para ello tomó apuntes de la pintura simbolista del art nouveau.

Luis Buñuel, Salvador Dalí y Jean Cocteau son protagonistas también en la exposición, que señala las similitudes y concomitancias entre La edad de oro, Un perro andaluz y La sangre de un poeta, hasta llegar a afirmar que componen una “especie de trilogía”.

El clasicismo de los años 40 y la renovación de Jean-Luc Godard y su Nouvelle Vague son, asimismo, clave, pues permitieron abrir la estética cinematográfica a la pintura moderna y las artes conceptuales.

De los 70 se destaca la consolidación del cine como arte, y de la última etapa, de los 80 hasta 2010 (aunque yo aquí hubiese dividido por décadas) destacan los nuevos formatos de arte fantástico, como el que realiza David Lynch.

La exposición estará hasta el 20 de agosto en CaixaForum de Madrid. El precio de la entrada es baratísimo: 3 euros, con un 50% de descuento para los clientes de CaixaBank.

Recomiendo sumarse a las visitas comentadas, especialmente si se carecen de conocimientos solventes sobre historia del arte.

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