Hoy quiero hablaros de otro gran descubrimiento de finales de 2017 y principios de 2018: Electric Dreams, la serie basada en los relatos cortos de Philip K. Dick en la que se exploran sociedades corruptas y distópicas que tienen como base común la preocupación por el futuro de la humanidad.
Sociedades deshumanizadas y contaminadas
Electric Dreams está compuesta por diez episodios autoconcluyentes en los que se exploran distintas realidades partiendo de temas candentes hoy en día (y en la época en la que K. Dick los escribió) como el cambio climático, la automatización de la producción (Autofac es, en mi opinión, el mejor de todos), la represión política (Kill All Others, una genialidad), etc.
Todos ellos comparten la muestra de sociedades deshumanizadas y corruptas en las que un alienígena suplantador de un cuerpo puede llegar a ser mejor persona que un humano o en la que en las elecciones a la presidencia del país más importante del planeta solo haya una única candidata, que, si lo pensamos fríamente, podría ser la forma en la que termine de evolucionar el bipartidismo.
Electric Dreams recuerda mucho en sus planteamientos a Black Mirror, aunque se debería expresar al revés, pues esta última es bastante posterior y, en todo caso, habría que señalar que podría estar influida por esas preocupaciones de K. Dick sobre el devenir de las sociedades.
El creador de una de mis novelas preferidas, Ubik, pasó por distintas fases temáticas y en todas ellas se puede observar una constante: el descubrimiento de que la realidad es una ilusión construida por entidades externas tan poderosas como afectadas por la corrupción y los protagonistas se verán abocados a enfrentarse a ello.
Elenco de producción y actores
Una de las cosas que destacan de esta producción audiovisual sobre los relatos del escritor de Chicago es la cantidad de personalidades que desfilan entre su staff.
Electric Dreams cuenta con Bryan Cranston (Breaking Bad), Ronald Moore (productor de Battlestar Galactica) y Michael Dinner (Justified) entre sus productores. Por su primera temporada (que esperemos que no sea la última) desfilan actores y actrices como Steve Buscemi, Anna Paquin, Geraldine Chaplin (siempre magnífica), Maura Tierney, Richard Madden o Terrence Howard. Un cast que difícilmente se reuniría para otras series (a excepción de Westworld, claro).
Puntos negativos
No se puede escribir una reseña de Electric Dreams sin nombrar los aspectos que cabría mejorar, que los tiene. El primero de ellos es la sensación que queda en algunos capítulos de que 50 minutos se les han quedado cortos para hacer el planteamiento, nudo y desenlace, pues todo se resuelve demasiado deprisa.
Otra cuestión es el exceso de explicaciones, que en algún episodio en el que se relata, incluso, lo que ha pasado por si el espectador no se ha dado cuenta (que sí) llega a ser insultante. Porque no somos tontos y, en el caso de que no nos hubiésemos enterado (que sí), también podemos rebobinar (qué palabra tan vintage) y volver a verlo.
La crítica en general ha sido bastante dura con esta producción porque había altas expectativas tras Black Mirror, pero los textos de Philip K. Dick se escribieron en algún punto entre 1951 y 1982, y el hecho de que la veamos tan actual a día de hoy, en pleno 2018, ya hace que merece la pena echarle un vistazo. Y leerse los relatos, por supuesto.
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